Historia

Real Conservatorio Profesional de Música «Manuel de Falla» de Cádiz

Breve introducción histórica

El Conservatorio Profesional de Música “Manuel de Falla” hunde sus raíces históricas en 1854 cuando se funda en la ciudad de Cádiz una academia de enseñanza musical. En 1859 recibe el nombre de “Academia Santa Cecilia” y su formalización legal se produjo, en realidad, el 1 de agosto de 1860. Desgraciadamente, las fuentes históricas no contemplan datos relevantes hasta 1862 cuando se impartían seis especialidades (piano, violín, contrabajo, “viento”, canto y violonchelo) y el claustro lo componían ocho profesores. Los primeros años de andadura, que tienen a Luis Odero como Director, fueron muy duros y el ayuntamiento gaditano tuvo que intervenir económicamente para que esta institución no cerrase. A partir de 1867, Juan Viniegra y posteriormente José Hernández llevaron las riendas de la Academia hasta que Alejandro Odero, hijo del primer dirigente conocido, tomara los mandos. Este último personaje es conocido hoy en día no solamente por haber sido el primer profesor de música de Manuel de Falla, sino también por aportar ayuda logística y económica a la organización.

En los años que conducen al final del siglo XIX la Academia disfrutaba de ‘buena salud’, y las asignaturas (solfeo, teoría de la música, canto, piano, violín, violonchelo, oboe, fagot, clarinete, flauta y trompa) y alumnado se multiplicaron. Cádiz rivalizaba con cualquiera de los conservatorios españoles y buena prueba de ellos son exponentes como Manuel de Falla, Gerónimo Giménez o José Cubiles; además de los hermanos Gálvez, la pianista Carmencita Pérez o Juan de la Viesca ya entrados en el siglo XX. La “Academia de Música Santa Cecilia” recibió el título de “Real” durante la visita de Alfonso XII a Cádiz el 24 de marzo de 1877; haciéndose oficial el 21 del mes siguiente cuando se recibía una carta del secretario personal del monarca que aceptaba ser presidente honorario. La ahora “Real Academia de Música Santa Cecilia” también tuvo que superar la gravísima crisis que supuso para España y Cádiz la pérdida de las últimas colonias de ultramar en 1898. El Ayuntamiento tampoco podía ayudar económicamente en ese momento y la actividad musical de la Academia languidecía, así como la de teatros y demás foros culturales de los que había disfrutado la ciudad durante todo el siglo XIX. Esta línea negativa no fue encauzada hasta que Fernando García Arboleya y Monroy tomara la dirección del Centro para el que consiguió aportaciones estatales a las que habría que sumar cuantiosas donaciones personales. Los hermanos Gálvez –José y Camilo‐ condujeron posteriormente la Academia que ya sabía que su antiguo alumno, Manuel de Falla, se había convertido en un compositor de reconocimiento mundial.

Sin embargo, antes de que el siglo XX despuntase, se produjo un cisma en el seno de la institución. Don Alejandro Odero, presidente de la Real Academia de Santa Cecilia y uno de sus más notables valedores, presenta su dimisión en 1892 por problemas con la dirección del Centro. Además, fundaba un Conservatorio paralelo ese mismo año que llevaría su nombre y competirá –con fuerzas desiguales‐ con la Academia para convertirse en la institución musical enseñante de referencia en la capital gaditana. Rivalidades aparte, lo más significativo antes de su conveniente fusión, fue que sumados los alumnos de ambas instituciones superaban los mil setecientos durante algunos años de la década de los 20, una muy significativa cifra para aquella época. Además, los frutos musicales también afloraron. Prueba de ello fue, por ejemplo, el montaje en 1928 por parte de los alumnos y profesores del Conservatorio Odero de una ópera (Orfeo y Euridice de Gluck) con su explicación didáctica. En aquel año, el timón de ese liceo lo llevaba el insigne compositor Germán Álvarez Beigbeder (1882-1968), una persona entregada con gran acierto y empeño a la promoción artística y cultural de la región, no solo en Cádiz, sino también San Fernando y Jerez. Las dos instituciones –la Academia y el Conservatorio Odero‐ buscaron con desatino el que sus respectivos estudios consiguieran por parte del Estado la categoría de oficiales. Las gestiones conducentes a este reconocimiento pasaban por la unión de ambos centros bajo un mismo nombre y, no sin acaloradas negociaciones que casi malogran la fusión, las dos instituciones comenzaron a rodar juntas en el curso 1928‐29. Sin embargo, dos años más tarde las dificultades volvieron a surgir y el cambio de gobierno planteaba la retirada de la gracia que acababa de concederse al Conservatorio. Afortunadamente para la suerte de las enseñanzas musicales gaditanas, Ramón de Carranza mandó a Gustavo de Morales –gobernador civil de Cádiz‐ que se personara ante el Ministerio de Instrucción Pública en Madrid para hacer patente el malestar de la ciudad ante la posible decisión gubernamental. Paralelamente, el Consejo de Ministros recibió multitud de telegramas de protesta de todas las asociaciones gaditanas de importancia (la Escuela de Comercio, la Asociación Gaditana de Propietarios, La Real Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País, la Sociedad Artística Gaditana, la Asociación de Cultura Musical, la Cámara de Propiedad Urbana, la Federación Tabaquera, la Asociación de Maestros Nacionales, la junta directiva del Centro Católico Obrero, el Colegio Oficial de Practicantes, el Colegio Salesiano, la Unión Patronal Gaditana, el Orfeón Gaditano y la Filarmónica gaditana). Toda la ciudad de Cádiz se volcó en la defensa y salvaguardia de su valorado Conservatorio, aunque las razones musicales no fueran la única causa.

Afortunadamente, las protestas y demás contactos institucionales con Alfonso XIII, los ministros de Instrucción Pública, de Hacienda y de la Marina, hicieron que se confirmara la oficialidad de los estudios y la ayuda de una subvención estatal. Además, el nuevo “Conservatorio de Música y Declamación”, bajo la recientemente creada figura del Comisario Regio (Gregorio Hernández de la Herrera), disfrutó durante un breve periodo de la impartición de estudios superiores. Pero, una vez más, las consecuencias de la Guerra Civil española provocaron otra grave crisis que comenzaría por derogar los mencionados y prestigiosos estudios superiores de música en Cádiz (1942). Un poco más adelante y bajo el Régimen, se reorganizaron los conservatorios españoles y el “Conservatorio Elemental Manuel de Falla” (1960) comenzaría una lenta pero progresiva recuperación de la que somos herederos toda la comunidad educativa del Centro. Convertido ya en Conservatorio Profesional de Música “Manuel de Falla”, el Centro cuenta en la actualidad con más setecientos alumnos/as, unos sesenta profesores/as y dieciséis especialidades.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
-PIÑEIRO BLANCA, Joaquín: Actividades musicales en el Cádiz de la década de los veinte. Cádiz, [Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz], 1992.
-NAVARRO MOTA, DIEGO: La Historia del Conservatorio de Cádiz en sus Documentos. Cádiz, [Institutos de estudios gaditanos. Excma. Diputación Provincial], 1976.

Fotografía de la orquesta de la Academia Santa Cecilia

Programa de Concierto de la Real Academia Filarmónica de Santa Cecilia de Cádiz el 24 de agosto de 1885

Programa de concierto de la Academia en 1911

Matasellos y escudo del Instituto de Música de la Academia Filarmónica de Santa Cecilia

Fuente: Archivo histórico provincial de Cádiz.